La espondilitis anquilosante es una forma de artritis inflamatoria que afecta principalmente a la columna vertebral, aunque también puede afectar otras articulaciones del cuerpo.
Las personas con espondilitis anquilosante suelen tomar medicamentos que tienen como objetivo retrasar la progresión de la afección y aliviar los síntomas. Algunas personas también pueden querer incorporar tratamientos naturales en sus planes de tratamiento. Estos pueden incluir cambios en el estilo de vida, remedios caseros y terapias complementarias.
Este artículo describe cómo las terapias naturales pueden ayudar en el tratamiento de la espondilitis anquilosante y brinda una lista de tratamientos naturales que pueden ser beneficiosos. También describe las opciones de tratamiento médico disponibles para la espondilitis anquilosante.
Los tratamientos naturales son tratamientos no médicos que pueden abarcar terapias complementarias, remedios caseros y cambios en el estilo de vida.
Los tratamientos naturales no pueden curar ni retrasar la progresión de la espondilitis anquilosante. Sin embargo, pueden ayudar a aliviar algunos de los síntomas y la inflamación asociados con la afección. Por esta razón, una persona con espondilitis anquilosante puede desear probar tratamientos naturales junto con tratamientos médicos para un alivio adicional de los síntomas.
Una persona debe hablar con un médico acerca de las terapias adicionales que desea incorporar a su plan de tratamiento. El médico puede brindar recomendaciones basadas en el historial médico de la persona y los tratamientos actuales.
Las personas con espondilitis anquilosante pueden encontrar que el ejercicio ayuda a aliviar los síntomas de dolor y rigidez en las articulaciones.
La Spondylitis Association of America (SAA) establece que una persona con espondilitis anquilosante debe participar regularmente en los siguientes tipos de ejercicio:
- Entrenamiento de fuerza: Este tipo de ejercicio puede implicar entrenamiento de resistencia o levantamiento de pesas.
- Entrenamiento cardiovascular: Estos ejercicios elevan el ritmo cardíaco. Los ejemplos incluyen correr, andar en bicicleta y nadar.
- Extensión: Estos ejercicios ayudan a mejorar la flexibilidad y el rango de movimiento y reducen la rigidez.
- Balance: Estos ejercicios ayudan a promover y mantener una buena postura y pueden ayudar a prevenir caídas.
El estiramiento es una forma de ejercicio que puede ser particularmente beneficiosa en el tratamiento de la espondilitis anquilosante. Puede proporcionar los siguientes beneficios:
- prevenir la rigidez en la columna vertebral y otras articulaciones
- aumentar el rango de movimiento y la flexibilidad
- mejorar la postura
- promover la circulación
- reducir el dolor en la espalda baja
- ayudando a reducir el estrés
Algunos expertos recomiendan que las personas con espondilitis anquilosante prueben el estiramiento sentado en forma de cuatro para ayudar a aliviar el dolor lumbar y mejorar la movilidad de la cadera.
Para realizar este estiramiento, una persona debe seguir los siguientes pasos:
- Coloque ambos pies apoyados en el piso mientras está sentado en una silla.
- Levanta un pie del suelo y apoya el tobillo en la pierna opuesta, justo por encima de la rodilla.
- Inclínate hacia adelante por la cintura mientras mantienes la espalda recta.
- Mantén el estiramiento durante 10 a 20 segundos.
- Repita estos pasos en el lado opuesto.
La terapia de masaje puede ayudar a aliviar los síntomas de la espondilitis anquilosante. Sin embargo, una persona debe tener cuidado al elegir un terapeuta de masaje, ya que los masajes de tejido profundo y otras técnicas enérgicas pueden desencadenar dolor.
Al elegir un terapeuta de masaje, una persona puede considerar lo siguiente:
- el tipo de masaje que proporciona el terapeuta
- las técnicas que utiliza el masajista
- si el terapeuta tiene o no experiencia en dar masajes a personas con espondilitis anquilosante
- si el terapeuta está certificado o no
- si el terapeuta tiene o no una licencia, que es un requisito en
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Una persona puede pedirle a un médico recomendaciones para un masaje terapéutico.
Algunas personas con espondilitis anquilosante informan que tomar una ducha tibia ayuda a aflojar las articulaciones rígidas, mientras que otras informan que las compresas frías o calientes ayudan a aliviar el dolor. Sin embargo, ha habido investigaciones limitadas sobre los efectos de las terapias de frío y calor para aliviar los síntomas de la espondilitis anquilosante.
Para una compresa tibia, una persona puede aplicar una almohadilla térmica o una bolsa de agua caliente en las articulaciones afectadas.
Para una compresa fría, una persona puede usar una bolsa de hielo envuelta en una toalla. Las personas nunca deben sostener hielo directamente contra su piel, ya que hacerlo puede causar daños permanentes en los tejidos.
La acupuntura es una práctica antigua que consiste en insertar pequeñas agujas en puntos de presión alrededor del cuerpo en un intento de aliviar el dolor.
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Sin embargo, los autores señalan que los estudios que revisaron eran de baja calidad y no siguieron estándares rigurosos en su diseño y metodología. Agregan que se necesita investigación adicional para probar la efectividad de la acupuntura para la espondilitis anquilosante.
La estimulación nerviosa eléctrica transcutánea (TENS, por sus siglas en inglés) es un método de alivio del dolor que utiliza un dispositivo para administrar corrientes eléctricas débiles a través de la piel. Una persona puede ajustar la intensidad de la corriente según sus necesidades.
TENS funciona bajo la premisa de que inundar los nervios con estimulación eléctrica puede hacer que sean menos capaces de comunicar señales de dolor. La estimulación eléctrica también puede estimular la producción del cuerpo de analgésicos naturales llamados endorfinas.
TENS puede ayudar a proporcionar un alivio temporal del dolor. Sin embargo, falta investigación clínica de alta calidad que investigue su eficacia en el tratamiento del dolor de la espondilitis anquilosante.
Ciertos alimentos pueden tener un efecto positivo o negativo sobre la inflamación en el cuerpo.
La SAA proporciona pautas dietéticas para personas con espondilitis anquilosante. Las directrices sugieren lo siguiente:
- limitar el consumo de alcohol
- limitar la ingesta de grasas, sal y azúcar
- comer muchas frutas y verduras frescas
- obtener cantidades adecuadas de calcio y vitamina D
- tomando un multivitamínico, según sea necesario
- preguntarle a un médico qué alimentos comer para contrarrestar los efectos secundarios nutricionales de los medicamentos
- beber de ocho a ten vasos de agua por día
Seguir una dieta sana y equilibrada puede ayudar a reducir la inflamación, lo que podría ayudar a prevenir el dolor y la rigidez.
Las personas con espondilitis anquilosante a menudo experimentan un horario de sueño alterado debido al dolor nocturno. De hecho, uno
La SAA brinda las siguientes recomendaciones para ayudar a mejorar la calidad del sueño en personas con espondilitis anquilosante:
- seleccionando un colchón cómodo que ofrezca lo siguiente:
- soporte cómodo
- una distribución uniforme del peso corporal
- alineación espinal
- asegurarse de que el ambiente para dormir sea fresco, oscuro y tranquilo
- utilizando una máquina de ruido ambiental
- desarrollar una rutina relajante a la hora de acostarse, que puede incluir tomar un baño tibio o leer un libro
- evitar el consumo de cafeína, especialmente antes de acostarse
- evitar comer alimentos fritos, picantes o cítricos antes de acostarse para ayudar a prevenir la acidez estomacal
- realizando ejercicio common
- no dormir la siesta durante el día
Un médico trabajará con una persona para desarrollar un plan de tratamiento personalizado para su espondilitis anquilosante. El plan generalmente consistirá en tratamientos médicos para aliviar los síntomas, retrasar la progresión de la enfermedad y tratar cualquier comorbilidad.
Algunas opciones de tratamiento comunes incluyen:
- Medicamentos para el dolor: Estos pueden incluir medicamentos recetados o de venta libre.
- Fármacos anti-inflamatorios no esteroideos: Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación y el dolor.
- Corticosteroides: Estos medicamentos ayudan a reducir la inflamación.
- Biológicos: Estos son medicamentos que se dirigen a las proteínas responsables de la inflamación. Algunos ejemplos incluyen inhibidores de TNF e inhibidores de IL-17.
- Fármacos antirreumáticos modificadores de la enfermedad: Estos son medicamentos que suprimen las respuestas inmunitarias e inflamatorias para reducir el dolor, la inflamación y la hinchazón de las articulaciones. Un ejemplo es el metotrexato.
- Cirugía: En algunos casos, la cirugía puede ser necesaria para:
- corregir las irregularidades de la columna
- estabilizar la columna
- restaurar la función nerviosa
Actualmente, los expertos no están seguros de la causa exacta de la espondilitis anquilosante. Sin embargo, algunos factores de riesgo que aumentan la probabilidad de que una persona desarrolle la afección incluyen:
- Años: La espondilitis anquilosante generalmente afecta a adultos jóvenes menores de 30 años.
- Sexo: Los hombres son más propensos a desarrollar espondilitis anquilosante que las mujeres, pero la afección en las mujeres está infradiagnosticada.
- La raza: Los blancos son más propensos a desarrollar espondilitis anquilosante que los afroamericanos.
- Genética: Las personas que tienen la HLA-B27 variante genética tienen más probabilidades de desarrollar espondilitis anquilosante, pero no se garantiza que desarrollen la afección.
- Historia acquainted: Las personas que tienen un padre o un hermano con espondilitis anquilosante tienen entre 10 y 20 veces más probabilidades de desarrollarla.
- Factores medioambientales: La exposición a productos químicos, toxinas o infecciones podría aumentar el riesgo de espondilitis anquilosante.
- Antecedentes de enfermedad inflamatoria intestinal (EII): Tanto la espondilitis anquilosante como la EII pueden implicar inflamación del tracto gastrointestinal. Tener EII puede aumentar el riesgo de espondilitis anquilosante y viceversa.
- Uveítis: Parece haber un vínculo entre la inflamación ocular o uveítis y la espondilitis anquilosante. Cuantos más episodios de uveítis tenga una persona, mayor será su riesgo de desarrollar espondilitis anquilosante.
La espondilitis anquilosante es una forma de artritis inflamatoria que afecta principalmente a la columna vertebral. Las personas con espondilitis anquilosante suelen tomar medicamentos para ayudar a retrasar la progresión de la afección y aliviar algunos de los síntomas, incluidos el dolor y la rigidez en las articulaciones.
Las personas que reciben tratamiento médico para la espondilitis anquilosante también pueden beneficiarse de tratamientos naturales, como cambios en el estilo de vida, remedios caseros y terapias complementarias.
Una persona debe hablar con un médico sobre los tipos de terapias que pretende incorporar en su plan de tratamiento. El médico puede ofrecer recomendaciones basadas en el historial médico de la persona y los tratamientos médicos actuales.