Las condiciones sexuales en normal pueden ser un tema vergonzoso para los hombres.
Sin embargo, algunos problemas sexuales son más comunes que otros y se pueden paliar, como veremos en este artículo.
Disfuncion erectil
La disfunción eréctil (también conocida como impotencia) es la incapacidad de obtener y mantener una erección lo suficientemente firme como para tener relaciones sexuales.
Tener problemas para mantener una erección de vez en cuando no es necesariamente motivo de preocupación, pero puede requerir atención médica si el problema es mucho más frecuente. Los estudios indican que hasta el 20% de los hombres sexualmente activos sufren algún grado de disfunción eréctil, y la prevalencia de la condición aumenta con la edad.
Se encuentra que hasta el 86% de los hombres mayores de 80 años no pueden lograr una erección satisfactoria.
Hay numerosas razones de por qué esta condición puede persistir.
Los factores contribuyentes incluyen:
- Diabetes
- Hipertensión
- De fumar
- Ansiedad de rendimiento
- Estrés
- Testosterona baja
Durante su consulta, su médico examinará estos factores de riesgo en su historial y recomendará el tratamiento correspondiente.
Por ejemplo, ciertas condiciones se pueden tratar con medicamentos que facilitan el flujo de sangre al pene para estimular una erección más fuerte.
O, si los problemas son más graves, se tratarán con otros medicamentos o incluso con cambios en el estilo de vida.
Eyaculación precoz (EP)
Entre otros, la EP es el problema sexual más común que afecta a los hombres, con estudios que indican que uno de cada tres hombres puede verse afectado por ella.
Por lo normal, la EP se deriva de problemas psicológicos y no físicos.
Algunos de estos problemas incluyen:
- Ansiedad
- mala imagen corporal
- ingenuidad sexual
- Problemas de relación
- Depresión
Sin embargo, puede haber algunos casos en los que se deba a causas fisiológicas, como niveles hormonales anormales o inflamación o infección de la próstata o la uretra.
La EP generalmente se trata con una combinación de medicamentos según sea necesario, ya sea por vía oral o tópica.
Los pacientes también pueden someterse a un entrenamiento corporal y psychological para evitar tales problemas, así como a cambios de comportamiento para evitar que ocurra esta afección.
Bajo líbido
La baja libido, o disminución del deseo sexual, es una condición que puede derivarse de problemas psicológicos como depresión o ansiedad, o problemas médicos como problemas hormonales o niveles bajos de testosterona, lo que puede llevar a parejas insatisfechas o una reducción en la confianza en uno mismo.
Su médico generalmente revisará su historial para investigar si hay algún issue contribuyente. Para obtener una imagen más clara, también se pueden realizar análisis de sangre para examinar los niveles hormonales.
Los niveles bajos de hormonas pueden presentar potencialmente no solo un nivel de libido más bajo de lo ordinary, sino también disfunción eréctil, pérdida de erecciones matutinas, aumento de peso, falta de concentración o cambios de humor.
Para tratar eficazmente la libido baja, se debe abordar la causa raíz para determinar si es psicológica o fisiológica.
Se puede recomendar la terapia de reemplazo de testosterona si una persona tiene problemas hormonales.
De lo contrario, los cambios en el estilo de vida y fomentar una conexión saludable entre la mente y el cuerpo también pueden ser efectivos.
Aunque estas condiciones pueden ser vergonzosas para algunas personas, son altamente tratables y el primer paso para mitigar esto es abrirse y hablar con su médico.
El Dr. Chester Lan es un médico normal con sede en Singapur. Para obtener más información, envíe un correo electrónico a starhealth@thestar.com.my. La información proporcionada es solo para fines educativos y de comunicación y no debe interpretarse como un consejo médico private. La información publicada en este artículo no pretende reemplazar, suplantar o aumentar una consulta con un profesional de la salud con respecto a la atención médica del lector. La estrella renuncia a toda responsabilidad por pérdidas, daños a la propiedad o lesiones personales sufridas directa o indirectamente por confiar en dicha información.