Las personas con enfermedad de Parkinson (EP) pueden perder una cantidad appreciable de peso en las últimas etapas de la enfermedad. Esto puede deberse a una combinación de factores, que incluyen falta de apetito y alto gasto de energía.
La pérdida de peso es un síntoma común de la EP. Sin embargo, la Asociación Estadounidense de la Enfermedad de Parkinson (APDA) enfatiza la importancia de descartar primero cualquier posible causa subyacente de la pérdida de peso.
Esto se debe a que la pérdida de peso puede ser el resultado de muchas afecciones médicas, por lo que es posible que no siempre se deba a la enfermedad de Parkinson.
Este artículo examina el vínculo entre la EP en etapa tardía y la pérdida de peso. También analiza por qué podría ocurrir la pérdida de peso, cuándo contactar a un médico y las opciones de tratamiento disponibles.
Esto sugiere que aunque la pérdida de peso puede ocurrir en cualquier etapa de la enfermedad de Parkinson, puede ser más prominente o grave en las últimas etapas de la enfermedad.
Al igual que con otras etapas de la enfermedad de Parkinson, la pérdida de peso en la etapa tardía de la enfermedad de Parkinson puede deberse a una combinación de factores. Estas
Poco apetito
En la etapa tardía de la EP, una persona puede desarrollar falta de apetito como resultado de lo siguiente:
- Disminución del sentido del olfato: Alrededor del 80 al 96 % de las personas con EP tienen una deficiencia olfativa que afecta su sentido del olfato. El olfato juega un papel esencial en el atractivo de los alimentos y la percepción del sabor. Las personas con un sentido del olfato deficiente pueden encontrar la comida menos atractiva, lo que puede afectar su apetito.
- Depresión y otras condiciones del estado de ánimo: La depresión, que puede provocar una disminución del apetito, afecta aproximadamente al 35 % de las personas con EP. Las personas con EP también pueden experimentar apatía, que es un estado de indiferencia emocional. Este es un síntoma común de la EP y puede resultar en una disminución del interés por comer o preparar comidas.
- Náuseas: Muchas personas con EP pueden experimentar náuseas y vómitos como efecto secundario de algunos medicamentos para la EP. Las náuseas pueden reducir el apetito de una persona.
Alto gasto de energía
Varios movimientos involuntarios asociados con la EP, como temblores, discinesia y rigidez, pueden aumentar el gasto de energía y promover la pérdida de peso:
- Temblor: El temblor es una contracción muscular rítmica incontrolable en una o más partes del cuerpo, lo que conduce a un alto consumo de energía y, potencialmente, a una pérdida de peso excesiva. Al inicio de la EP, el primer síntoma puede ser un temblor apenas perceptible en una sola mano. Con el tiempo, los síntomas empeoran y se extienden progresivamente a otras partes del cuerpo.
- Discinesia: La discinesia se refiere a los movimientos musculares involuntarios. Los esfuerzos físicos frecuentes e involuntarios, como la discinesia, pueden quemar más calorías para una persona con EP y dificultar el aumento o el mantenimiento del peso.
- Rigidez: Las personas con EP pueden sentir rigidez y tensión involuntaria en los músculos de los brazos, las piernas, el cuello y la espalda. Estos síntomas pueden incluso afectar la cara. Los músculos tensos y rígidos pueden aumentar el gasto de energía del cuerpo.
Problemas gastrointestinales
Las personas con EP pueden perder peso debido a problemas gastrointestinales que impiden que el cuerpo absorba y use suficientes nutrientes:
- Estreñimiento: Una persona puede tener estreñimiento si tiene menos de tres deposiciones por semana. Este es uno de los síntomas gastrointestinales más comunes, afectando entre el 24,6% y el 63% de las personas con EP. Puede deberse a la desnutrición o al movimiento lento de los productos de desecho digestivos en el colon.
- Disfagia o dificultad para tragar: Las personas con disfagia tienen dificultad para tragar ciertos alimentos o líquidos. Algunas personas no pueden tragar nada. Aunque los expertos en salud consideran que la disfasia es una complicación tardía, a veces puede desarrollarse temprano en el curso de la EP. La incapacidad para tragar puede causar una baja ingesta de alimentos, lo que resulta en la pérdida de peso.
- Gastroparesia: Esta parálisis parcial de los músculos del estómago afecta el movimiento regular de los alimentos desde el estómago hasta el intestino delgado. Puede afectar al 70-100 % de las personas con EP y puede ocurrir en las etapas tempranas o avanzadas de la EP. La gastroparesia puede causar otros problemas gastrointestinales, como náuseas, distensión belly, vómitos y molestias abdominales, que también pueden contribuir a la pérdida de peso.
La APDA señala que la pérdida de peso puede ser una señal de que la enfermedad está progresando. Por ejemplo, podría ser el resultado de la dificultad para tragar, el empeoramiento de la movilidad y el deterioro de la función intestinal.
La pérdida de peso también puede provocar desnutrición y deficiencias vitamínicas. Como resultado, una persona puede ser más inclined a:
Las personas que tienen bajo peso tienen una mayor probabilidad de osteoporosis o huesos frágiles. Esto puede significar que los huesos tienen más probabilidades de fracturarse si una persona se cae.
La pérdida de peso y la desnutrición pueden influir en la progresión de la EP. Según un estudio en
- movimientos musculares involuntarios
- deterioro cognitivo
- hipotensión ortostática, que es un tipo de presión arterial baja que ocurre cuando una persona se pone de pie después de sentarse o acostarse
Si una persona con EP no puede mantener un peso moderado, ellos o sus cuidadores deben comunicarse con un médico.
Un médico puede ayudar de varias maneras, como:
- evaluar la capacidad de la persona para tragar
- remitir a la persona a un dietista, que puede proporcionar información sobre alimentos nutritivos y con alto contenido calórico
- ajustar los medicamentos para la EP
- tratar la depresión u otras afecciones que afectan el estado de ánimo de una persona
Un diagnóstico preciso suele ser el primer paso para tratar y controlar la pérdida de peso en la etapa tardía de la enfermedad de Parkinson.
Aunque no existen pautas clínicas sobre el tratamiento y la prevención de la pérdida de peso en la etapa avanzada de la enfermedad de Parkinson, el médico evaluará los síntomas, el peso y el estado nutricional de una persona para descartar cualquier causa subyacente.
Después de diagnosticar la afección, el médico puede ajustar la dosis del medicamento para la EP de una persona o tratar cualquier afección subyacente que sea responsable de la pérdida de peso.
La Parkinson’s Foundation señala que un médico también puede recomendar:
- comer comidas pequeñas y frecuentes cada 2-3 horas
- comiendo comidas favoritas
- incorporar los consejos de un dietista sobre cómo seguir una dieta nutritiva y alta en calorías
- tomar un suplemento nutricional aprobado por un médico
- aumentar el consumo de cereales integrales
- evitando llenarse con té, café o sopa clara
- tener a mano alimentos fáciles de preparar
- elegir alimentos que sean fáciles de masticar, como batidos, carne molida y otras proteínas blandas
- condimentar alimentos con hierbas, especias y salsas para ayudar a estimular el apetito de una persona
La pérdida de peso es un síntoma común de la EP. Aunque puede ocurrir en cualquier etapa, la pérdida de peso de una persona puede ser más significativa durante las últimas etapas de la afección.
Hay muchas razones por las que las personas con EP suelen perder peso. Estos incluyen náuseas, disminución del sentido del olfato, depresión y efectos secundarios de los medicamentos. Ciertos síntomas de la EP, como la discinesia, el temblor y la dificultad para tragar, también pueden conducir a la pérdida de peso.
Las personas deben contactar a un médico si no pueden mantener un peso moderado. La pérdida de peso puede resultar en desnutrición y poner a una persona en mayor riesgo de complicaciones.
Un médico podrá descartar cualquier causa subyacente y brindar consejos sobre cómo una persona puede aumentar su apetito y aumentar de peso de manera segura.